jueves, 29 de diciembre de 2011

Huga la tortuga. Día 7

29 de diciembre de 2011















Huga la tortuga organizando la isla para la fiesta.

Hoy es jueves, quedan 2 días para que se acabe el año. Huga tiene un plan. Quiere preparar una fiesta sorpresa para sus nuevos amigos. Primero tiene que limpiar la isla para que esté reluciente. Con un trapito en la mano se desplaza muy despacio dejando impecable todo el espacio. Ni una mota de polvo deja Huga a la vista. Ahora toca ordenar: la piedra gris natural al lado de la entrada principal, que se vea bien, ¡es tan bonita! Las escaleras que ascienden a la palmera, bien centradas, tiene que haber espacio suficiente para la mesa, las sillas, la orquesta de hormigas y la piñata. Por último cambiar el agua, si está templada los invitados estarán más cómodos. De aquí para allá, Huga sigue organizando los preparativos. Falta cocinar, elegir el repertorio para la orquesta, diseñar las invitaciones y rellenar de regalos la piñata que irá colgada de la palmera. Con todo preparado Huga sale a repartir las invitaciones a sus amigos. Coco el perro es el primero en recibir la suya. Para él, Huga ha preparado bolas de carne y galletas. Coco acepta sin dudarlo. Juntos salen al patio para llevar las invitaciones a Arti la araña y a Perch la lagartija. Para ellos, Huga ha preparado empanada verde y pastel de frutas. Como era de esperar, también aceptan la invitación sin titubeos.
- A las 8 os espero en la isla. - Dice Huga a sus amigos.
Puntuales, los tres amigos de Huga llegan a la isla. Asombrados se quedan boquiabiertos mirándolo todo.
- Huga, ¡está todo precioso! - Comenta Arti, dando saltos de alegría.
- ¡Hay una piñata! - Ilusionado, Perch corre hacia las escaleras de la palmera.
Mientas, Coco baila dando vueltas sobre sí, a ritmo de la música que reproducen los instrumentos vegetales de las hormigas. De trompeta una berenjena, de guitarra media sandía con cuerdas de seda, de batería dos calabazas, cuatro hojas de parra, dos puerros y para la flauta, una zanahoria bien afinada.
Comen, bailan, juegan, comen, bailan, juegan, comen, bailan, juegan, así durante toda la noche.
Amanece y el sol se refleja en las transparentes paredes de la isla. Me asomo. Mis labios se estiran formando una sonrisa inevitable. Se han quedado dormidos. Los llevo a sus casas para que sigan descansando. Hasta mañana bichitos.


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